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LA COLUMNA VERTEBRAL: EJE DE LA SALUD Y EL BIENESTAR

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Nuestra columna vertebral es mucho más que un simple conjunto de huesos apilados. Es un soporte estructural para nuestro cuerpo y un conducto vital para la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. 

El sistema nervioso central, que comprende el cerebro y médula espinal, está en constante comunicación con cada órgano, célula y tejido, coordinando minuciosamente las funciones de nuestro cuerpo con el fin de mantener un equilibrio que promueva el bienestar integral. La columna vertebral juega un importante rol en este proceso, pues protege la médula espinal y es el punto de origen de los nervios que amplían esta red de comunicación hacia el resto del cuerpo. 

Aunque muchos no sean conscientes de ello, la columna vertebral es una estructura compleja que sustenta prácticamente todas las acciones y reacciones del cuerpo. Está compuesta por 24 vértebras interconectadas por discos que amortiguan los impactos, así como por ligamentos y músculos que permiten la movilidad y la flexibilidad. Además, sirve de punto de anclaje para músculos y órganos como el psoas y el diafragma. Su estructura tiene curvaturas específicas que mantienen el cuerpo equilibrado y sin sobrecargas, lo que favorece una mayor agilidad en los movimientos. Paradójicamente, esta vital columna está formada por algunos de los huesos más frágiles, ya que, a pesar de desempeñar funciones críticas, sus componentes, las vértebras, son muy delicadas.

Cuando la columna vertebral está en su alineación correcta, los impulsos nerviosos fluyen libremente, permitiendo que el cuerpo funcione de manera óptima.

Sin embargo, cuando sometemos nuestro cuerpo a un estrés físico constante, le ocasionamos daños estructurales a la columna. Los microtraumas repetitivos, como mantener posturas inadecuadas durante horas al día o cargar mochilas o bultos pesados diariamente, pueden afectar la columna de manera silenciosa hasta que comenzamos a experimentar dolor.

Traumas más significativos, como sacudidas, giros bruscos, caídas, accidentes vehiculares o levantamientos repentinos, pueden provocar daños estructurales más graves que afectan la integridad de la columna. Ambos tipos de traumas pueden impactar en las curvaturas naturales de la columna, llevando a desalineaciones vertebrales. Si no se corrigen, con el tiempo, estas alteraciones pueden ejercer presión sobre los nervios que salen de la médula espinal, resultando en espasmos musculares y posibles “pinchazos” en los nervios. Este proceso interrumpe la comunicación entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo. Cuando los músculos que sostienen la columna no reciben las señales nerviosas adecuadas, pueden atrofiarse, lo que agrava aún más el problema y genera un ciclo de deterioro estructural y funcional en el cuerpo.

Adicionalmente, el estrés químico, como el consumo de alimentos inflamatorios como el azúcar y comidas procesadas y el uso de algunos medicamentos pueden provocar más inflamación a las coyunturas vertebrales. El estrés mental también juega un papel en este proceso, pues muchas veces se traduce a tensión muscular.

El cuidado quiropráctico es un ofrecimiento de salud preventivo. Se enfoca en la detección y aplicación de manipulaciones o ajustes espinales específicos, clínicamente diseñados para restablecer la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, lo que, a su vez, mejora la integridad estructural de la columna vertebral, ayuda a prevenir lesiones y dilata el proceso degenerativo de esta importante estructura. 

Los ajustes se adaptan a la edad y condición del paciente. Para ello el doctor o doctora en  quiropráctica hace una evaluación completa del historial de salud, incluyendo un examen físico y radiológico para detectar los cambios estructurales que pueda tener la columna. En su tratamiento, puede incluir modalidades de terapia física y ejercicios terapéuticos para mejorar el equilibrio muscular e incluso recomendar cambios en la nutrición. 

Para contribuir en su decisión sobre el cuidado quiropráctico, a continuación, algunos de sus grandes beneficios: 

  • Detecta los problemas con antelación
  • Aumenta la consciencia corporal
  • Reduce probabilidades de desarrollar dolor crónico
  • Recuperación más rápida de las lesiones
  • Mejor equilibrio y coordinación
  • Minimiza el riesgo de lesiones
  • Mejora la movilidad de las articulaciones de la columna vertebral 
  • Mejora la respuesta muscular
  • Aumenta la función respiratoria
  • Disminuye los efectos del estrés en el cuerpo, equilibrando el sistema nervioso autonómico
  • Mejorar el equilibrio y la postura
  • Incrementa el rendimiento en los atletas
  • Disminuye la hipertensión arterial