Los Patólogos del Habla-Lenguaje identifican, asesoran y tratan problemas de habla y del lenguaje, incluyendo los desórdenes de tragado, como lo es la disfagia. Ellos atienden poblaciones de todas las edades, desde recién nacidos (incluyendo prematuros) hasta envejecientes.
Son los profesionales, que bajo la supervisión y dirección de un patólogo del Habla-Lenguaje, realiza actividades delegadas por este. Estas acciones deben estar relacionadas con las áreas del Habla y lenguaje, con excepción del área de alimentación, así como tragado. El terapista solo interviene con niños de cero a veintiún años.
Un problema del habla es la dificultad en la expresión verbal del lenguaje. Esto incluye problemas en la articulación, de ritmo o fluidez o voz. Algunos problemas pueden estar asociados a diferencias anatómicas o disfunciones cerebrales. Entre las condiciones pueden ser: apraxia, disartria, tartamudez, entre otras. Por otra parte, los problemas del lenguaje representan la dificultad con el sistema de expresión y recepción de información en la forma de uso, contenido y forma del lenguaje a causa de desórdenes anatómicos, de naturaleza funcional y problemas de aprendizaje.
Es necesario referir a un patólogo del habla cuando el paciente adulto presenta un diagnóstico médico que le afecte en las áreas de comunicación, recepción del habla, tragado, fluidez en el habla, producción de habla y voz.
El patólogo puede ayudar al paciente con historial de derrame cerebral, trauma o enfermedad neurológica a recuperar o conservar habilidades del lenguaje; y a la misma vez, mejorar la producción del habla, para que el paciente pueda tener una mayor participación en las actividades del diario vivir.
Todo adulto que haya sufrido una lesión cerebral ya sea por accidente o derrame cerebral, o que padezca de alguna enfermedad neurológica degenerativa. La severidad del problema dependerá del lugar de la lesión y el tiempo transcurrido desde el diagnóstico. Los pacientes con las siguientes enfermedades o condiciones están en mayor riesgo:
Pérdida de habilidad para expresar el lenguaje o entenderlo.
Dificultad para programar los movimientos del habla.
Debilidad en los músculos encargados de producir el habla.
Pérdida de memoria, concentración, atención y habilidades lingüísticas.
Este proceso conlleva un estudio riguroso de las capacidades y fortalezas de un individuo, así como sus áreas de necesidad. El mismo pretende auscultar las habilidades de comunicación de niño y compararlas con las esperadas para su edad. La evaluación requiere más tiempo que un cernimiento, porque solo intenta determinar si el niño cumple o carece de ciertas destrezas.
En los niños la intervención temprana es sumamente importante para diagnosticar cualquier condición. Mientras más temprano se identifique la dificultad, más rápida se trabaja para ayudar al niño a obtener una mejor recuperación. En estas terapias se trabaja con el infante para lograr alcanzar las destrezas necesarias para comenzar a hablar y entrenar al cuidador a estimular el habla-lenguaje, para lograr un desarrollo pleno y adecuando de las destrezas del lenguaje.
Estas van dirigidas a los pacientes, tanto niños como adultos y envejecientes, con pérdida auditiva para rehabilitar sus destrezas de comunicación. Muchas de estas personas que necesitan terapias se aíslan, debido a que no entienden lo que las personas dicen. Esto los lleva a limitar su participación en las conversaciones. Las terapias se enfocan en que el paciente logre conversar cuando hay grupos o ruido, hablar por teléfono con familiares o amigos, usar estrategias para entender al hablante y leer los labios para complementar la comunicación. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes que no pueden oír.
Se puede ayudar al paciente con demencia a utilizar estrategias para conservar la mayor cantidad del tiempo posible en las funciones cognitivas y de comunicación. El objetivo primordial de toda intervención es conservar la mayor cantidad de tiempo posible, la calidad de vida de la persona. Los pacientes con Alzheimer y demencia se benefician de ese tratamiento.
Una evaluación de habla y lenguaje consiste en revisar cuidadosamente el historial médico del paciente, obtener información relevante por parte del paciente, médico o encargo y evaluar las destrezas de lenguaje y el habla. Las siguientes destrezas se evalúan durante el proceso de evaluación: